La clase obrera y el Peronismo

La clase obrera y el peronismo
La década del ’40 será escenario del surgimiento de un fenómeno político que marcará profundamente la historia argentina y especialmente la de la clase obrera hasta nuestros días.
El peronismo fue resultado de un complejo proceso que implicó cambios en la relación del país con el imperialismo y entre las clases sociales dentro del país. Como fenómeno de “nacionalismo burgués”, el peronismo buscó fortalecerse ofreciendo una cierta resistencia a la penetración del imperialismo norteamericano en el país (aprovechando para esto la rivalidad entre este imperialismo, que se encontraba en pleno avance, con el inglés, que venía perdiendo influencia en la región, contradicciones estas que se agudizaron con la Segunda Guerra Mundial). Perón encontró para esta política una base de apoyo social clave: la clase obrera.
Hemos visto en anteriores artículos de esta serie, las transformaciones que la clase trabajadora vivió en la década del ’30. Estos cambios se profundizaron en los años 40 e implicaron un importante aumento del peso social de la clase y un crecimiento de sus organizaciones, los sindicatos industriales. Perón advirtió el peligro que para las clases dominantes implicaría un ascenso obrero en las condiciones de explotación y exclusión política que vivían los trabajadores en aquellos años.
Su política se propondrá consolidar a la clase obrera como base de apoyo, al tiempo que controlarla y “domesticar” sus organizaciones. Sin embargo, parte de esta política de ganar el apoyo de la clase obrera, implicó diseñar una política social que significó importantes conquistas que mejoraron en gran medida la calidad de vida de los trabajadores.
La oposición de importantes sectores de las clases dominantes a esta política reforzó el acercamiento de Perón a la clase obrera. Este rol jugado por Perón, que mientras actuaba en resguardo del sistema capitalista de conjunto, arbitraba entre las clases sociales, apoyándose fundamentalmente en la clase obrera -mientras controlaba sus organizaciones-, y ofreciendo cierta resistencia al imperialismo dominante, es lo que Trotsky ha definido como “bonapartismo sui generis”.

Fuente: Alicia Rojo/ www.pts.org.ar

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